Donde la poesía se encuentra con el lienzo.

Vivian Borsani es una artista cuya vida y obra son una mezcla de culturas y colores residente en el corazón de Mallorca (Islas Baleares). Nacida en el efervescente Brasil en 1965, su infancia fue un viaje nómada entre Brasil, Alemania y Francia, aunque fue el aroma salino y la paleta cromática de los veranos en Mallorca, en casa de sus abuelos, lo que sembró en su alma la profunda añoranza de echar raíces en esta isla mágica.

«Las alegres chicas».

Los años de formación de Vivian transcurrieron en la prestigiosa École Penninghen y la École Nationale Supérieure des Arts Decoratifs de París, donde afinó su sensibilidad artística y exploró las posibilidades del diseño textil y la pintura. Una enriquecedora pasantía en el Museo Peggy Guggenheim de Venecia le abrió las puertas a un mundo de vanguardia, experiencia que complementó con estudios bajo la tutela del influyente Yannis Kounellis en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Este periplo educativo, marcado por la diversidad de influencias y la inmersión en diferentes lenguajes artísticos, nutrió una visión única que se manifestaría plenamente en su obra.

El secreto de nosotros.

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Para Vivian, la pintura trasciende la mera expresión estética; es un bálsamo, un camino hacia el equilibrio vital. Cada pincelada es una fuga de la rutina, una ventana abierta a la reflexión sobre la existencia. El predominio de rojos y rosas en sus lienzos no es casual; estos tonos vibrantes encarnan para ella una energía vital, una pulsación constante que irradia desde el corazón de sus creaciones. Su técnica es ecléctica y apasionada, un diálogo entre el acrílico fluido, la textura rica de los crayones de cera, la profundidad de los pigmentos, la sobriedad del carboncillo y el brillo etéreo del pan de oro. Sobre esta base matérica, incorpora con delicadeza fragmentos de papel coleccionado, añadiendo capas de historia y significado. Un rasgo distintivo de su trabajo es la inclusión de versos poéticos, a menudo escritos al revés, invitando al espectador a una lectura más íntima y reflexiva de la obra.

«No quieres llamarlo amor», 2025.

Residencia y lugar de trabajo de Vivian Borsani:

En su panteón personal de admiración artística, Vivian sitúa a mujeres pioneras como Mary Cassatt, Georgia O’Keefe, Gabriele Muenter y Barbara Rae, artistas que, a sus ojos, encarnan la lucha y la belleza de la autorrealización en la vida cotidiana. Esta afinidad revela una conexión profunda con la búsqueda de la identidad y la expresión femenina en el arte.

Desde 1992, Vivian ha forjado una sólida trayectoria como artista independiente, exponiendo su obra en diversos rincones de Europa. Su talento ha trascendido fronteras, encontrando eco en coleccionistas privados del Reino Unido, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Suiza, Francia y, por supuesto, su amada España.

«Canción del Ángel», 2024.

En 1998, el sueño acariciado en su adolescencia se hizo realidad: Vivian estableció su residencia en Mallorca. La isla que la había cautivado con su luz y sus colores se convirtió en su hogar y su principal fuente de inspiración. Su estudio, ubicado en una antigua casa de pescadores en el bohemio barrio de Santa Catalina en Palma, es un santuario creativo donde la magia ocurre. Tiene su estudio en la planta superior de su casa entre tubos de pintura, grandes lienzos y pinceles y como visión de fondo la serenidad de su jardín. La planta baja se transforma periódicamente en una galería efímera, un espacio donde sus mundos de peces, flores y paisajes mediterráneos cobran vida para el espectador. Fiel a su espíritu colaborativo, Vivian abre las puertas de su estudio durante eventos artísticos clave de la isla, como la Semana Santa y la esperada «Nit de l’Art» de Palma, compartiendo su universo creativo con otros artistas y amantes del arte.

La conexión de Vivian con Mallorca va más allá de la estética; es una inmersión profunda en su esencia. «No soy de aquí, pero sé en el fondo de mi corazón que aquí es donde pertenezco», afirma con convicción. La naturaleza exuberante, la luz vibrante y la calidez de su gente son para ella un edén terrenal que nutre tanto su vida personal como su expresión artística.

Un mundo, 2024.

En su estudio, la artista te recibe con una sonrisa radiante, revelando un espacio inundado de luz y color. Sus creaciones reflejan una dimensión mágica donde los protagonistas son flores, mariposas, peces y árboles. «Me gusta mucho usar el dorado en mis pinturas; las hace más vivas», explica, señalando los destellos luminosos en una de sus obras.

Desde que adquirió su estudio en 2017, este se ha convertido en un refugio diario, un lugar donde incluso en los días de menor inspiración, el simple acto de reorganizar sus materiales la conecta con su proceso creativo. Vivian prefiere pintar sobre grandes lienzos colocados en el suelo, una técnica que le permite moverse libremente alrededor de la obra, trabajando los colores con una energía visceral. El inicio de cada pintura es un misterio, un viaje sin mapa donde la música puede ser una guía inesperada, desde la fuerza de Pink hasta la melancolía de The Police o la atmósfera de Coldplay.

Todo llegará, 2024.

Paleta de colores de la artista vivian Borsani:

Su paleta es diversa, explorando las posibilidades del acrílico, los crayones de cera y los pigmentos, buscando siempre la textura y la intensidad deseadas. A pesar de la constante fuente de inspiración que encuentra en su entorno, Vivian también se enfrenta a los bloqueos creativos, esos momentos en que una obra parece incompleta, carente de melodía. Sin embargo, ha aprendido a confiar en el tiempo, dejando que las pinturas reposen en las paredes de su estudio, permitiendo que la mirada diaria revele las piezas faltantes.

La isla ha sido testigo del florecimiento de su carrera. Inicialmente, Vivian se aventuró a mostrar sus paisajes mallorquines en restaurantes y hoteles, una estrategia pionera que pronto la llevó a ser reconocida en toda la isla. Con el tiempo, coleccionistas de diversos países se sintieron atraídos por su visión única, consolidando su posición como una artista de renombre internacional afincada en este rincón del Mediterráneo.

El mar y yo, 2025.

Mallorca no solo le brindó un hogar y una carrera, sino que también se convirtió en el escenario para formar una familia.  La decisión de establecerse aquí fue un acto de amor, un deseo de ofrecer a sus hijas un entorno de belleza natural y una calidad de vida excepcional.

Hoy, Vivian Borsani es una embajadora del arte y del espíritu creativo que florece en Mallorca. Su obra, impregnada de la luz, los colores y la vitalidad de la isla, es un testimonio de una vida enriquecida por la diversidad cultural y la profunda conexión con un lugar que, aunque no la vio nacer, la abrazó como a una hija pródiga. Su estudio en Santa Catalina es una invitación a sumergirse en un universo donde la naturaleza y la imaginación se funden en una explosión de color y emoción.

Volviendo a casa.

Influencias de la artista Vivian Borsani:

Mary Cassatt (1844-1926) fue una destacada pintora impresionista estadounidense. Desafiando las convenciones de su época, se mudó a París para dedicarse al arte, donde fue la única mujer americana exhibiendo con los impresionistas. Conocida por sus tiernas y perspicaces representaciones de mujeres y niños en la vida cotidiana, Cassatt exploró temas de maternidad y feminidad con una sensibilidad única. Su obra, influenciada por las estampas japonesas, destaca por su uso audaz del color y la composición, dejando un legado significativo en el arte moderno.

Georgia O’Keeffe (1887-1986) fue una influyente pintora estadounidense, considerada la «Madre del Modernismo Americano». Es famosa por sus icónicas pinturas de flores a gran escala, que capturaba con un detalle y sensualidad casi abstractos.

Además de sus florales, O’Keeffe exploró paisajes del desierto de Nuevo México, donde residió gran parte de su vida, y calaveras de animales, transformando elementos naturales en poderosas composiciones. Su estilo único, con líneas limpias, colores vibrantes y una perspectiva innovadora, la estableció como una figura central en el arte del siglo XX, desafiando las percepciones convencionales y dejando un legado de profunda conexión con la naturaleza.

Gabriele Münter (1877-1962) fue una destacada pintora alemana y una figura central en el Expresionismo. Cofundadora del influyente grupo Der Blaue Reiter (El Jinete Azul) en Múnich, Münter es reconocida por sus audaces paisajes, retratos y naturalezas muertas.

Su estilo se caracteriza por el uso de colores vivos y formas simplificadas, a menudo con una cualidad casi infantil. A pesar de su relación con Wassily Kandinsky, Münter desarrolló una voz artística propia y única, documentando la vida rural bávara y explorando el poder expresivo del color. Su legado es vital para entender la vanguardia alemana de principios del siglo XX.

Barbara Rae (nacida en 1943) es una destacada pintora y grabadora escocesa, reconocida por sus vibrantes y expresivas interpretaciones de paisajes. Miembro de la Royal Academy, Rae viaja extensamente, inspirándose en los entornos remotos de Escocia, España, Francia y Estados Unidos.

Sus obras, a menudo de gran formato, se caracterizan por el uso audaz del color y la textura, representando no solo la topografía de un lugar, sino también su historia y su atmósfera. Rae se centra en los detalles que revelan la intervención humana en el paisaje y la huella del tiempo, creando composiciones abstractas pero profundamente evocadoras.

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Tal vez mañana.

Conclusiön:

Vivian Borsani es una artista cuyo arte nace de un crisol de experiencias. Desde una infancia nómada entre Brasil, Alemania y Francia, Vivian siempre llevó a Mallorca en el corazón, el lugar donde finalmente echó raíces. Su formación en las prestigiosas escuelas de arte de París y su paso por Venecia y Nueva York nutrieron una visión única, donde la pintura se convirtió en un refugio y una forma de equilibrar la vida.

Sus lienzos estallan en rojos y rosas, colores que para ella son pura energía. Con una técnica mixta que combina acrílicos, ceras, pigmentos y pan de oro, Vivian incorpora delicadamente papeles coleccionados y versos poéticos, creando obras llenas de historia y significado. Admiradora de pioneras como Mary Cassatt y Georgia O’Keefe, Vivian ha forjado una sólida carrera independiente, exponiendo por toda Europa y atrayendo a coleccionistas de todo el mundo.

Desde 1998, su estudio en una antigua casa de pescadores en Palma es su santuario creativo, un lugar donde peces, flores y paisajes mediterráneos cobran vida. Mallorca no solo es su hogar y el lugar donde formó su familia, sino también su musa inagotable. Vivian Borsani es una artista cuya obra, impregnada de la luz y la vitalidad de la isla, celebra la conexión profunda entre el arte, la naturaleza y el alma.

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P.D. Todas las fotos e información son propiedad de Vivian Borsani.