El escultor Georgie Poulariani se distingue por dar una segunda oportunidad al metal.
Georgie Poulariani es más que un simple escultor; es un visionario que transforma la chatarra en arte. Poulariani es de origen georgiano, con nacionalidad neerlandesa y residente en Benissa (Alicante, España), donde se encuentra su galería de arte.Su obra no solo destaca por su belleza estética, sino también por el profundo mensaje de resiliencia y esperanza que transmite. Poulariani no se limita a moldear el metal, sino que le otorga una nueva vida y un propósito, convirtiendo lo que otros ven como desecho en esculturas de gran valor emocional y artístico.


El origen de un artista autodidacta
La historia de Poulariani es un testimonio del poder del descubrimiento personal. A los 44 años comenzó su andadura creativa a través de la visualizaciones que se formaban en su mente transformándolas en esculturas. l Esta revelación marcó un antes y un después, catapultándolo a una carrera artística que ha capturado la atención de coleccionistas y amantes del arte a nivel mundial. Su trayectoria es un claro ejemplo de que la pasión y el talento genuino pueden superar la falta de formación académica.

El lenguaje del metal: Un estilo único
El lenguaje artístico de Georgie Poulariani es el acero, un material que en sus manos se transforma de desecho industrial a lienzo de emociones. Su proceso creativo comienza con la recolección de restos de metal, a los que él se refiere como su «materia prima». Este enfoque sostenible no es solo una elección estética, sino una filosofía que permea toda su obra: dar una segunda oportunidad a lo que ha sido descartado. A través de soldaduras precisas y un meticuloso trabajo de detalle, Poulariani logra una alquimia fascinante, haciendo que el material rígido y frío parezca flexible y lleno de vida. Sus esculturas son una dicotomía: robustas y poderosas por su materialidad, pero a la vez delicadas y llenas de movimiento.
Es la capacidad de evocar fluidez y ligereza en algo tan pesado lo que distingue su estilo. Por ejemplo, en su obra «Never Give Up», una escultura que representa un rostro emergiendo de una maraña de acero, la tenacidad del metal se convierte en un símbolo de la lucha y la perseverancia humana. Cada soldadura y cada curva en el metal no son uniones forzadas, sino trazos de una narrativa visual que invita al espectador a contemplar la belleza en la imperfección y la fuerza en la fragilidad.


Inspiración: Naturaleza y emociones humanas
La obra de Georgie Poulariani es un diálogo continuo entre la naturaleza y las emociones humanas, sus dos principales fuentes de inspiración. No se trata de una simple imitación de formas naturales, sino de una fusión poética entre el mundo orgánico y la psique humana. Sus esculturas capturan la esencia de la naturaleza: la fluidez de una ola, la ramificación de un árbol o la gracia de un animal en movimiento. Pero en cada una de estas formas se esconde una narrativa emocional. El metal que se curva como el tronco de un árbol puede evocar la resiliencia y el crecimiento. Una espiral de acero que imita el movimiento del agua podría simbolizar la esperanza o el flujo constante de la vida.


Las emociones humanas son el alma de su arte. Poulariani no busca representar rostros o figuras humanas de manera literal, sino que utiliza las formas abstractas y la textura del metal para evocar sentimientos complejos. Por ejemplo, una pieza densa y compacta podría representar la melancolía o la introspección, mientras que una escultura abierta y con líneas ascendentes podría simbolizar la alegría, el optimismo o la libertad. Esta capacidad de traducir la experiencia emocional a un lenguaje de metal es lo que dota a su trabajo de una profundidad singular, permitiendo que cada espectador encuentre en sus obras un eco de sus propias vivencias. Es en esta intersección entre la robustez de la chatarra y la vulnerabilidad de las emociones donde reside la verdadera magia del arte de Poulariani.

Exposiciones y reconocimiento internacional
A pesar de ser un artista autodidacta, Poulariani ha logrado un notable reconocimiento a nivel mundial. Sus esculturas han sido exhibidas en una variedad de lugares, incluyendo:
Edificios gubernamentales y espacios públicos: Sus obras se encuentran en colecciones privadas y públicas en todo el mundo.
Galerías y museos de prestigio: Ha exhibido su trabajo en espacios de renombre a nivel internacional.
Instalaciones públicas: Ha realizado instalaciones en diversas partes del mundo.
Katara Cultural Village en Catar: Su escultura «Never Give Up» fue presentada en este prestigioso lugar, simbolizando la resiliencia y la esperanza.
Estos logros demuestran que su arte ha trascendido las fronteras, ganándose un lugar en el circuito artístico global.

Conclusión: Un legado de acero y alma
La vida y obra de Georgie Poulariani son un recordatorio de que la creatividad no tiene límites. Desde su taller en Benissa, este escultor transforma el descarte en belleza y el silencio del metal en un eco de emociones. Sus esculturas no son solo objetos decorativos, sino narrativas visuales de la vida, la perseverancia y la capacidad de transformación. Con cada soldadura, Poulariani no solo une piezas de acero, sino que forja un legado de arte y humanidad.

La galería de arte de Georgie Poulariani y su taller se encuentran en Benissa, Alicante, España. Este espacio no solo sirve como su lugar de trabajo, sino también como una exposición permanente donde los visitantes pueden apreciar sus esculturas de metal, que a menudo representan animales y personas.
Más información en su web Georgie Paulariani
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P.D. Toda la información y las fotos son propiedad de Georgie Paulariani.

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